Los Tumbapatos viven un presente complicado con estrellas veteranas que parecen apagarse y poco capital de draft para renovar.
Viejos los cerros
Los Tumbapatos apostaron por jugadores probados para tratar de revertir una inercia negativa de un equipo que no ha podido alcanzar playoffs desde su ingreso a la liga en 2019.
Después de un año, el experimento Derrick Henry terminó y se fue bien vendido. Su lugar será ocupado por el también veterano Aaron Jones que llega a probar su valor a una nueva ofensiva. Por su parte, DeAndre Hopkins se mantiene aunque parecen lejanos ya esos tiempos donde dominaba la liga con los Texans.
A pesar de ello, los Tumbapatos (26.3 años) están en la media de la liga en cuanto a promedio de edad de su roster.
Otro jugador que ya es veterano es DJ Moore, quién en 2023 fue de los pocos destacados en el equipo en mancuerna con Justin Fields, pero que ahora recibirá pases del afamado número 1 del draft: Caleb Williams.
A sacarse la lotería
El draft será el primer paso en la reconstrucción de los Tumbapatos, que deberán aprovechar su primera selección pues ya no tienen margen de error.
Siendo que su mayor necesidad es encontrar un corredor joven para el futuro, con la selección número 10 podrían llevarse a Trey Benson, aunque no se descarta que podrían optar por ir "a la segura" por un receptor como Xavier Worthy o Keon Coleman.
Esta es la selección clave ya que sus restantes tres selecciones son casi al final del draft.
Los Tumbapatos tendrán que ponerse creativos para sacar a su equipo del hoyo, porque si fuera de porcentaje ya estarían por descender.
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